Con el ejercicio físico en osteoporosis pretendemos llegar a unos
objetivos en estos sujetos.
Algunos de los objetivos a conseguir, mediante la práctica del ejercicio
físico planificado y sistematizado principalmente, son:
- Mejorar la condición física previniendo enfermedades cardiovasculares, enfermedades de carácter crónico como obesidad o diabetes mellitus tipo II, entre otras.
- Paliar los posibles dolores y molestias.
- Prevenir caídas debido a la fragilidad ósea.
- Evitar un mayor deterioro óseo.
- Promover hábitos saludables.
Algunos de los beneficios más destacables de realizar ejercicio físico
pautado por un profesional en esta patología son:
- Frena la atrofia muscular.
- Ayuda a la creación de hueso (osteogénesis).
- Favorece la movilidad de las articulaciones.
- Mejora la coordinación neurológica-múscular.
En este grupo poblacional podemos introducir ejercicios, siempre
individualizados, como:
- Aeróbico: Caminar, elíptica, bicicleta…
- Fuerza: Peso libre supervisado, ejercicios peso-dependientes…
- Flexibilidad: ejercicios sin riesgo de rotura fibrilar.
- Ejercicios que mejoren la coordinación y el equilibrio previniendo las caídas.
- Abdominales: podrían realizar ejercicios isométricos sin valsalva (exhalación de aire sin expulsarlo mientras se realiza el ejercicio), abdominales manteniendo el equilibrio, entre otros ejercicios.
TODOS AQUELLOS EJERCICIOS QUE CONLLEVEN UN ALTO IMPACTO ESTARÍAN
CONTRAINIDICADOS PARA PERSONAS CON ESTA PATOLOGÍA. ¿Por qué? Porque un alto
impacto puede llegar a fracturar o causar dolor en las articulaciones distales
como pueden ser las rodillas.
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